PRIMARIA

Una educación que despierta el interés por el mundo, el amor por el conocimiento y el entusiamo por la vida.

Corresponde al segundo septenio. Los niños a partir de los siete años sufren una transición importante en su vida, siendo el cambio físico más notorio la pérdida de los dientes de leche. Al comienzo de los siete años, la imitación aún está en todo su apogeo, aprenden a trabajar individual y concentradamente y a cooperar de forma ordenada. Ya son capaces de estar sentados en una silla, ocupados durante un tiempo. El surgir de las nuevas fuerzas anímicas que tienen lugar en este septenio, permite al niño aprender a cooperar con otros y con la maestra y es el momento en que llega a su madurez escolar para aprender a leer, a escribir y a iniciar el aprendizaje intelectual señalado por el programa de estudios, a través de la vivencia. El joven ha adquirido la madurez precisa para mirar con los sentidos despiertos el mundo de la realidad y con un deseo de aprender. A la edad de los once y sobre todo a los doce años, el esqueleto se hace más pesado y los movimientos más torpes y recios. El afán de oposición aumenta. La profunda transformación interior que aparece como efecto anticipado de la pubertad física proyecta sus sombras, pero también las fuerzas del intelecto y del sentido de la responsabilidad que el maestro debe alimentar para ver surgir la hermosura y el vigor de esta edad.

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