El niño muestra una motivación y una aspiración a salir hacia el mundo que lo rodea, a hacerse una imagen única del mundo como parte de la conquista de una identidad singular. Esta es una parte del anhelo de la humanidad y su capacidad de individualización. Cada niño ha de integrar una imagen del mundo con una conciencia corporal, para saber dónde está, quien es.
Cuando los niños llegan a los 9 años experimentan una alteración decisiva de su relación con el mundo, el mundo que era una parte de sí mismos, se convierte en el mundo que los rodea. Los niños necesitan entender, y en la medida en que puedan hacerlo a esta edad, han de captar literalmente los lazos que sienten que tienen con el mundo. En años posteriores eso puede evolucionar hacia una comprensión de la naturaleza, los animales, los seres humanos, el trabajo y la tecnología.
Los niños pueden comprender procesos complejos de trabajo que requieren mucho tiempo para ser completados, por ejemplo, cuando se ve el oficio de la agricultura que muestra toda la secuencia desde preparar la tierra, sembrar, hasta el resultado final que es la cosecha, su inteligencia se va educando por la realidad concreta, es importante que en este momento sientan aquello en lo que están trabajando.
Tobías Richter.
Angélica Sánchez, maestra tutora de grado 3º