"El niño imita lo que sucede en su medio ambiente físico y, en la imitación, sus órganos físicos se amoldan a las formas que les serán permanentes, sólo que debemos tomar el ambiente físico en el sentido más amplio posible. A dicho ambiente no pertenece únicamente lo que sucede materialmente alrededor del niño, sino todo aquello que tiene lugar en las inmediaciones del niño, lo que puede percibir por los sentidos y lo que, desde el espacio físico, actúa sobre sus poderes mentales. A esto también pertenecen todas las acciones morales e inmorales, todas las juiciosas o descabelladas que pueda ver. No son los discursos morales ni los consejos razonables los que conducen al niño por la dirección indicada, sino lo que los adultos ejecutan ante sus ojos. Imitación y modelo son así las palabras mágicas también para la educación del párvulo."